Lograr un grabado preciso y de alta calidad en diversas superficies requiere una preparación meticulosa, una configuración optimizada de la máquina y técnicas específicas para cada material.

Siempre comience con una superficie meticulosamente limpia. Para materiales propensos a residuos (madera) o a astillarse (vidrio), aplique cinta de enmascarar para obtener bordes nítidos. Para el grabado láser, el ajuste preciso de la longitud focal es primordial.

Ajusta la potencia, la velocidad y los DPI al material y la profundidad deseada. Un DPI más alto/velocidades más lentas mejoran el detalle. Los materiales delicados (acrílico fino, papel) necesitan menor potencia/velocidades más rápidas. Los materiales más duros (metal con láseres de fibra o compuestos de marcado, piedra) requieren mayor potencia, a menudo múltiples pasadas. Una buena ventilación es crucial.

Matices de materiales: La madera necesita alineación de la veta, control del carbonizado. El acrílico (preferiblemente fundido) usa menor potencia/mayor velocidad para el esmerilado, o grabado inverso. El metal necesita láseres de fibra o compuestos de marcado; el revenido produce marcas oscuras y poco profundas. El vidrio/cerámica requieren un ligero desenfoque o soporte (toalla de papel húmeda) para evitar el astillado; el arenado da grabados más profundos.

Optimiza el arte con vectores de alta resolución; las imágenes rasterizadas necesitan contraste. Limpia los residuos después del grabado. Siempre prueba en material de desecho para ajustar la configuración.