Para asegurar que tu tabla de charcutería sea segura para el consumo, comienza con una tabla y utensilios limpios. Lávate bien las manos antes de manipular cualquier alimento. Elige una variedad de carnes curadas, quesos, frutas, frutos secos y acompañamientos que se almacenen a las temperaturas correctas. Es prudente mantener los productos perecederos, como carnes y quesos, refrigerados hasta justo antes de servir.

Al organizar tu tabla, considera usar utensilios separados para los alimentos que puedan causar contaminación cruzada, especialmente al usar carnes crudas. Etiqueta los alimentos si vas a servir a invitados con restricciones dietéticas o alergias. Colocar alimentos no perecederos como frutos secos o galletas lejos de las carnes crudas minimiza el riesgo. Usa papel de pergamino apto para alimentos o recipientes pequeños para alimentos como salsas o untables para prevenir aún más la contaminación.

Finalmente, mantén tu tabla de charcutería a una temperatura de servicio adecuada. Si la sirves al aire libre, controla la temperatura para asegurar que la comida se mantenga por debajo de los 4°C (40°F) o por encima de los 60°C (140°F) para prevenir el crecimiento bacteriano. Intenta servir la tabla dentro de las dos horas posteriores a su preparación para mantener tanto la seguridad como la calidad de los alimentos.