Los diferentes materiales influyen significativamente en el proceso de grabado y en los resultados finales debido a sus propiedades únicas. Por ejemplo, madera es un medio de grabado popular, que permite una estética cálida con una textura natural que puede realzar la apariencia final. Sin embargo, la dureza y densidad de la madera pueden afectar la profundidad y claridad del grabado.

Metal ofrece una experiencia contrastante; es mucho más difícil, requiriendo grabadoras láser más poderosas o técnicas de grabado específicas. El grabado en metales como el aluminio o el acero inoxidable puede resultar en diseños altamente duraderos y precisos, a menudo con un acabado pulido o efecto anodizado.

Vidrio puede producir grabados intrincados que brillan bellamente, pero requiere un toque delicado para evitar roturas. El proceso de grabado a menudo utiliza arenado o tecnología láser, que puede generar efectos visuales impresionantes.

Plástico es versátil y se puede grabar con facilidad, pero los resultados pueden variar ampliamente dependiendo del tipo de plástico utilizado. Algunos plásticos pueden derretirse o deformarse, afectando el resultado final.

En resumen, el material elegido para el grabado impacta enormemente tanto en el proceso como en la calidad estética del producto final.